14 de Octubre de 1937

14 de Octubre de 1937

Hoy, el cañoneo se oye más cercano. También la aviación se oye runrunear, aunque no la vemos.

Pico y pala, de 10 a 12 de la mañana. De no ser por la ayuda de Pugmal y Ribas, no podría aguantar. Afortunadamente, la trinchera está casi terminada. Como para trasladarnos a ella, deberemos construir una choza para cada escuadra, aprovecho para solicitar al sargento del pelotón, me vuelva  a pasar a la escuadra de Quintanilla y Vilalta. El sargento, no ve inconveniente, pero al consultarlo con el capitán, éste le ha contestado que “esto no es ningún club. Y que va a separar a todos los que se entere que son amigos”. Esto, es una tontería, pero… ¿qué puede esperarse d egente sin cultura?. ¡Paciencia!

Guardia de 1 a 3 del mediodía.

A las siete, después de cenar y cuando me preparaba para dormir, han llamado urgentemente  ami pelotón. El teniente, nos reúne a sargentos, cabos y soldados y nos explica el servicio que vamos a hacer. Se sospecha que  un grupo enemigo, se ha filtrado detrás de nuestras líneas, para dar algún golpe de mano. Nuestro maisión, consiste en tratar de localizarlos.

Desplegados en guerrillas, vamos subiendo y bajando lomas y barrancos, cribando el terreno. Aun cuando hay luna llena, procuramos no distanciarnos demasiado, para no perder contacto.

Llevamos más de dos horas de pesada marcha y ya no puedo con mi alma. Me falta respiración. Afortunadamente, el teniente también está cansado y decide reposar un momento.

Al llegar al puesto de Mando del batallón, mientras él va a dar el parte al Comandante, volvemos a descansar y nos recuperamos un poco más. Luego, emprendemos el regreso a nuestra posición; lo hacemos directamente, es decir sin los rodeos de la búsqueda. Empleamos menos tiempo, pero, de todas maneras, son ya las 10:30.

Los compañeros de tienda, me preguntan por lo que hemos ido a hacer y me dicen que han doblado los puestos de guardia.

Me acuesto enseguida, pues estoy reventado. Por lo que ha pasado, y porque a pocos kilómetros hay combate, el aleo no para en toda la noche.

A la 1, guardia hasta las tres de la madrugada. Me cuesta mucho mantenerme despierto, pues me he levantado más cansado que cuando me acosté.

El tiroteo no ha cesado. Afortunadamente, no se ido “corriendo”, y en este sector, tenemos relativa tranquilidad

Al fin, llega el relevo.

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