15 de Octubre de 1937

15 de Octubre de 1937

De madrugada, me despierta el ruido de aviación. Saco la cabeza fuera de la tienda y veo 37 aparatos, en dirección a Zaragoza; que son republicanos. Al poco, los antiaéreos empiezan a dispararles. Me vuelvo a estirar, pues aun me dura el cansancio de ayer.

Me levanto a la hora del desayuno. Quintanilla y Vilalta están de guardia. Encindo fuego y hago las tostadas; cuando llegan, ya están listas. Café con leche para desayuno, aunque muy aguado.

Hay relativa tranquilidad; solo algún “Paco”.

En toda la mañana, no tengo servicio; de modo que la paso leyendo estirado.

He recibido carta del Sr. Masferrer (apoderado de mi empresa) en respuesta a la que le envié hace unos días. Me dice que “Empieza a estar cansado de formar parte del comité de la Colectividad por tantos líos que se presentan en la organización interna, debido a los eternos descontentos”. Yo creo que si estos descontentos pasaran una temporada aquí aguantando tantas calamidades, volverían a retaguardia más mansos que corderos. Pero cuando termine la guerra, ya hablaremos.

A la tarde, una hora de pico y pala en la nueva trinchera. Ahora, ya llenamos sacos terreros para hacer parapetos.

En espera de la hora de cenar, pasamos un rato charlando. Hoy, recordamos los tiempos de colegiales. ¡Cómo disfrutamos recordando las pequeñas anécdotas de cada uno!.

Después de cenar, nos acostamos enseguida.

Guardia de tres a cinco. Hace ya mucho frío y hay que ponerse el capote. Con él, los movimientos son menos ágiles y, en caso de apuro, será un engorro. Pero.. el frío manda. No hay novedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dispenseu si triguem en contestar
Disculpadnos si tardamos en contestar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.