17 de Enero de 1938
Desde primera hora de la mañana, se observa, mucho movimiento de aviación por parte del enemigo.
Después de desayunar, telefonéo a comandancia.
Lon, los muleros y yo, pedimos al cocinero nuestras raciones de carne y bajamos al pueblo. Al llegar, vamos a la posada y damos la carne para que nos la guisen.
Después de hacer nuestra respectivas gestiones, vamos a comer. Mientras lo hacemos, se oye alarma de aviación. Salimos a la calle y sobre el pueblo pasa una formación de 30 bombarderos ligeros enemigos. Afortunadamente, no descargan aquí. Terminamos de comer y vamos a recoger el suministro de la conpañía.
Me encuentro de nuevo al capitán y me vuelve a prestar su caballo. Esta vez, ya atrevo a hacerle galopar, aunque suavemente ¡Cuando me iba yo a figurar que me vería en estos "trotes" !. Al final del viaje, ya me hiba acostumbrando.
Después de cenar, en la cocina, hay una amplia tertulia sobre echos pasados. Luego, vamos a dormir.
Sobre las 10, me despiertan unas explosiones; se oyen hacia Cariñena. Más tarde, se repiten; esta vez, hacia Zaragoza. Volvemos a dormir.
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