18 de Enero de 1938

18 de Enero de 1938

Después de desyunar, bajo a Herrera en un remolcador que ha parado en nuestra posición para reponer agua en el radiador, Hemos tardado menos de una hora.

Llevo el parte a comandancia. Nebot me dice que esta tarde regresa el comisario del batallón, por lo que conviene que an­tes de subir a las posiciones, pase de nuevo por aquí. De los permisos, no se sabe nada,

Ayer Lon recibió de su casa, unos pedazos de bacalao y los llevó a la posada para comérselos hoy. De modo que después de las gestiones, nos vamos hacia allá. Nos lo han hecho con tomate y está riquísimo.

Por curiosidad, vamos a visitar la casa donde establecimos el "club", Nadie ha tocado nada; esto está como lo dejamos. De modo que no debe utilizarla nadie.

Luego, vamos a despachar lo del suministro. Cuando está ya casi arreciado, vuelvo al comisariado. El comisario ya ha lle­gado y también Aguadé, el de nuestra compañía.

Nebot me dice confidencialmente, que este, no ha aprobado el examen para ingresar en el cursillo de aspirantes a comisario de batallón y, por eso, regresa tan pronto. Entro a saludar a ambos. El comisario de batallón, aconseja a Aguadé que se quede conmigo como ayudante pues opina que puedo hacerle buena labor. Por lo visto, el comisario del batallón, no está tan ig­norante del comportamiento de Aguadé, que siempre se ha arrimado a los mandos y nunca ha defendido a sus soldados de ciertos abusos. Y, me imagino que quien le ha informado, debe ser Nebot ya que éste, vivió el calvario de Fuendetodos, antes de ser ayudante del comisario. Y éste, debe pensar que poniéndole un ayudante, le obliga a comportarse como es su deber.

Nos despedimos del comisario, y Aguadé y yo, vamos en busca de los demás. Mientras estamos con ellos, Aguadé, localiza un camión que va hacia Aguilón y que nos lleva con él. Esto, apar­te de abreviarnos el camino, hará que resulte más cómodo, pues subimos unos 30 libros más para la compañía.

Desde Aguilón, hasta nuestra posición, hay solo una media hora a pié.

Cuando llegamos, al verle, hay sorpresa general pues no le esperaban, Algunos soldados murmuran "Ya podía haberse quedado"

Durante la cena, el comisario nos cuenta, lo mal que se pasa en Barcelona, por los bombardeos y por el hambre.

Después de un rato de tertulia, me voy a acostar.

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