20 de Enero de 1938

20 de Enero de 1938

Me despierto a las 8, y ya están repartiendo el café. Hace un día explendido.

Después de asearme y desayunar, hago los partes; luego, es­cribo unas cartas. Tengo pendiente una del señor Masferrer del Consejo de Empresa, en la que me decía que nadie trabaja.

Esto, me apena mucho y comprendo su difícil postura, teniendo en cuenta que es un ex apoderado de los dueños.

Hace unos días que luce un sol explendido y la temperatura, es casi veraniega, de modo que decidimos salir al gran corral y comer al sol. Luego, seguimos allí, haciendo un rato de charla.

Mientras hago estas anotaciones en el "dormitorio", oigo fuerte ruido de motores. Salgo fuera y cuento 50 bombarderos ligeros que vienen del campo de Cariñena y van en dirección a Teruel. Parece que los "nacionales", no se resignan a la pér­dida de esta ciudad.

A propuesta del sargento García, salimos a dar un paseo y ver si cazamos algo. se nos cruza una liebre, pero no le damos No encontramos nada más. Al caer la tarde, regresamos. Ahora, los días son ya más largos.

Después de cenar, un poco de lectura y a dormir. Los piojos vuelven a hacer de las suyas.

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