23 de Enero de 1938

23 de Enero de 1938

Otro domingo por estas tierras.

En cuanto desayuno, me voy a las posiciones atacadas ayer noche por el avión; afortunadamente, en ninguna dió dentro de las parideras, y no hubo heridos. Lo que no se comprende es como, en la oscuridad, advirtió las posiciones y, aunque ellos lo niegan, sospecho que debían tener algún fuego que los delató. Si es así, supongo que esto les habrá escarmentado.

Hago los partes y consigno lo sucedido esta noche.

Por la tarde, vamos a pasear con el sargento García. Llegamos hasta las últimas lomas que dominan el río y el pueblo de Tosos Como llevamos los prismáticos del capitán, se acorta tanto la distancia, que incluso vemos en detalle, a varias mujeres lavando en el río, y un viejo, sentado en un portal.

Las posiciones enemigas, han preferido construirlas en las lomaa que el pueblo tiene detrás suyo y que queden a una altura superior a la que ocupamos nosotros a este otro lado del rio.

Y, por lo visto, nos han localizado pues oímos "cantar" una ametralladora y las balas, pasan silbando. Nos parapetamos y les hacemos algunos disparos; aunque consideramos inútil responder a esta tonta agresión, pues, a la distancia que estamos unos de otros, el dar en el blanco, sería una verdadera chiripa.

Cuando todo se ha calmado, regresamos buscando caza, pero no hay suerte.

Al poco de llegar, cena, charla y a dormir. Nadie menciona lo del permiso a casa.

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