22 de Septiembre 1937
La comida, escasea. Como la cocina del batallón, está en Fuendetodos, debe resultar muy complicado, traerla hasta aquí y para solo una sección. Pero, la verdad es que, cuando menos, podrían traernos conservas.
Vamos matando el hambre, gracias a las uvas y unas tostadas de aceite y ajo, que nos hacemos con quintanilla y Vilalta. Est, tiene, admás, tabletas de chocolate y las hacemos a la taza.
Ha pasado aviación enemiga, pero no nos tira.
Hemos decidido bautizar esta montaña donde estamos: la llamamos Monte Everest, por lo mucho que cuesta subirla y lo empinada que és.
¡Han repartido tabaco! Como importa poco el dinero y no tenemos moneda fraccionaria, Vilalta paga el de los tres.
Esta noche, me toca guardia de 1 a 3:30’ de la madrugada que, es la peor hora.
Aquí la temperatura es muy extrema: durante el día, vamos con el torso desnudo, pero de noche, hace mucho frío.
Cuando regreso del puesto de noche, como un poco de pan con nueces. Y, a dormir que, esto sí que es agradabilísimo aquí, por lo blandito y caliente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dispenseu si triguem en contestar
Disculpadnos si tardamos en contestar
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.