10 de Septiembre de 1937

10 de Septiembre de 1937

Por lo visto, en la guardia de ayer cogí un enfriamiento pues me siento dolorido todo el cuerpo y me noto afiebrado.

Nos han sobrevolado 24 bombarderos pesados ”pavas” , enemigos que venían de Zaragoza. Han pasado de largo.

El relevo, no se ve por ningún lado. Tantos días sin podernos lavar y con tanto polvo, vamos sucios de pies a cabeza.

Hoy, no ha habido cañoneo y hemos estado tranquilos. Yo, me la he pasado durmiendo, pues tengo mucho sueño. Posiblemente se debe a la temperatura.

Al llegar la cuba de agua, formamos la cola y llenamos la cantimplora. Pero en cuanto bebemos, notamos fuerte sabor a gasolina. Al preguntarle al chofer sobre ello, nos dice que la cuba del agua está averiada y no hay ninguna más, de modo que antes de dejarnos un día sin agua , han llenado esta que sirve para trasladar gasolina.¡Estamos apañados! Los tragos que hemos bebido, nos están produciendo eructos con sabor a gasolina. No sé qué  será peor, si beber esto, o pasar sed.

Tendré guardia de 8 a 10, por lo que después podré dormir toda la noche. En el sueño, hallo consuelo a los dolores del cuerpo, aunque tengo muchas pesadillas.

Después de comer, entro de vigía. Cuando faltaba una media hora para relevarme, se inicia un importante tiroteo abajo en los llanos de Mediana. Despertamos a todos, que, rápidamente ocupan sus puestos, vigilando no suba o baje el enemigo hasta estas posiciones.

Pasamos así, un par de horas. Poco a poco, renace la calma. A media compañía nos permiten acostarnos. Pero la intranquilidad, nos impide conciliar el sueño durante bastante tiempo.

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